Repasando lecturas pasadas volvió a mis manos un ejemplar de 1983 cuyo título es ¿Hay vida bajo soles remotos? El autor (Walter R. Fuchs) repasa de forma muy fiel diversos aspectos que nos aproximan a una más que pausible comunicación radiofónica con otras inteligencias extraterrestres…
Pero la distancia es el primer obstáculo. Estamos viviendo una época que solemos llamar era de la ciencia: al proceder así tenemos presente, ante todo, las llamadas ciencias exactas, con su rotundo matematismo, es decir, la tecnología e investigación física modernas, aunque sin olvidar las ciencias económicas, la lingüística, la pedagogía cibernética, etc. Ahora bien, ¿es esa ciencia exacta de riguroso matematismo, la llamada sciencie en inglés, lo que imprime el verdadero sello a nuestro tiempo?
Todo es producto de un severo interés poco altruista de impulsar la ciencia con fines meramente personalistas y no casualmente militarista. Kepler dijo en su día que una imaginación deficiente significa la extinción de la ciencia, mucho antes en contra suya Galileo Galilei manifestó que muchas cosas eran tan confusas que, con toda evidencia el autor no sabía realmente de lo que hablaba. Hoy se sigue esperando una nueva teoría sobre las partículas elementales “piedras funcionales de la materia” y nadie sabe hasta qué punto será extravagante.
En definitiva y basándome en pura ciencia ficción, es muy posible que muy cerca andemos de producir un contacto a gran escala meramente radiofrecuenciado, de ahí que en estos momentos como dijo Isaac Asimov, la pura ciencia ficción posea una esencia y un valor ilustrativo que no puede reclamar para sí ninguna otra literatura actual, lo que significa a mi entender que andamos tras los pasos de ese gran contacto.
lunes, 1 de diciembre de 2008
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