martes, 13 de octubre de 2009

Mosquito Device, el principio de la represión...

¿Se atreverían las ciudades españolas más afectadas por el botellón a utilizar un «mosquito device» para dispersar a los jóvenes? Para el que aún no haya oído hablar de este aparato, el chisme en cuestión emite un molesto pitido de 17,5 Khz que sólo pueden percibir los menores de 25 años. La razón de esta «discriminación» generacional se basa en un fenómeno de la naturaleza humana: la presbiacusia, por la cual el pabellón auditivo envejece y se pierde la sensibilidad a las frecuencias por debajo de 17,5 Khz.
En Gran Bretaña las grandes cadenas comerciales y de comida rápida llevan casi cuatro años utilizando el «mosquito device» para evitar el vandalismo o que los adolescentes se reúnan en sus puertas. En Francia y Bélgica, sin embargo, la presión social ha evitado que se legisle en favor de este aparato.
En España, la legislación en relación a la presión acústica es la misma para un ipod o una televisión que para el «mosquito», lo que significa que cualquiera puede adquirir uno. De hecho se puede comprar en internet por la módica cantidad de 700 euros. En nuestro país no se puede adquirir el aparato en tiendas pero si las partes para construir uno en casa. Sólo es necesario un emisor de frecuencias para ahuyentar insectos, por ejemplo, un amplificador de sonido y un altavoz especial para emitir agudos.
«Este aparato es molesto, pero no es dañino para la salud, es simplemente un sonido desagradable como si escuchas a gran volumen el llanto de un bebé desesperado o la matanza de un cerdo», explica a ABC.es el antropólogo y artista sonoro Chiu Longina, que este jueves llevará a cabo un experimento sociológico-artístico colocando un «mosquito» en una plaza pública de La Coruña donde suelen reunirse los jóvenes para hacer botellón entre la medianoche y las 6.00 de la mañana.
«Demoniza a la juventud»El objetivo es precisamente abrir un debate en torno a la utilización de este «armas acústicas» que sólo perjudican a los jóvenes y que en cierto sentido los «demoniza», así como conseguir que se legisle específicamente sobre estos aparatos y se prohíba legalmente su utilización. «El objetivo no es adoptarlo como un arma contra el botellón sino prohibir ese sonido y despertar esas conciencias, abrir el debate sobre la brecha que existe entre jóvenes y adultos y llamar la atención sobre esos dispositivos que demonizan a los jóvenes», asegura Chiu Longina.
Este experimento, autorizado por el Ayuntamiento de la Coruña, es parte del taller «Sonido y poder. Tecnologías sonoras de control social. Armas acústicas» que se organiza dentro de la exposición anual «Outonoarte 09» . Fuente ABC.es

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