Steiner propuso una forma de individualismo ético, al que luego añadió un componente más explícitamente espiritual. Derivó su epistemología de la visión del mundo de Johann Wolfgang Goethe, según la cual: El pensamiento es un órgano de percepción al igual que el ojo o el oído. Del mismo modo que el ojo percibe colores y el oído sonidos, así el pensamiento percibe ideas.
Quienes pretenden suplantar, en cierto modo, al Cristo por el Anticristo, habrán de aprovechar los efectos de las fuerzas más materiales, efectos que, sin embargo, son de índole espiritual. A este fin, se intenta, sobre todo, recurrir a la electricidad y, particularmente, al magnetismo terrestre para lograr decididos efectos sobre toda la Tierra. Ya he tenido ocasión de manifestarlo que con el doble del hombre, ascienden esas fuerzas terrestres, secreto que se descubrirá muy en breve. La aplicación del magnetismo terrestre, en su doble polaridad de magnetismo boreal y magnetismo austral, para irradiar hacia la Tierra fuerzas directrices de efectividad espiritual, constituirá en el futuro un secreto norteamericano. Examinen el mapa magnético, y comparen ahí el curso de las líneas magnéticas según que la aguja señale hacia Oriente u Occidente, o permanezca inmóvil. Sobre todo esto he de limitarme a alusiones por el momento: seres espirituales actúan sobre la Tierra desde cierta región del cielo, y basta con que se hallen al servicio de la existencia terrena para descubrir el secreto del magnetismo terrestre. Estos seres espirituales que actúan desde el cosmos pueden revelarnos ese secreto, y así conseguir óptimos resultados desde un punto de vista egoísta grupal, o sea, en lo referente a la triada Oro, Salud y Longevidad. Lo único necesario es moverse en cierto ánimo de dudosa calidad; y ciertos círculos lo procurarán, sin duda. Fuente: juanpa gutierrez
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