Versado en la presencia de entes y otras vidas, las primeras fotos que nos mostró, fueron una decepción, ya que no nos aportaron absolutamente nada. Pero sus argumentos eran razonables, ya que se trataba del primer contacto y sus investigaciones eran más profundas según argumentaba.
Los primeros sondeos “insitu” quebraron nuestra supuesta lógica razón (pero no dejamos de ser humanos) y la verdad es que la cosa aunque parecía de película de clase B, tenía su morbo y nunca estuvo de más una vivencia semejante. De haber sido un auténtico impostor, manipulador o confabulador, inicialmente nos hubiéramos dado cuenta, pero “Mr. T” nos hizo mantener esa duda razonable. Esa duda prosiguió en nuestro segundo contacto en el que se le intentó poner alguna trampa argumental de la que supo salir hábilmente airoso…
Pero este es un tema que abordaremos en otro post, ya que seguimos intentando darle credibilidad o no a Mr. T
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